Chris Kyle ha sido el más letal francotirador de la historia de los Estados Unidos, con 160 muertes confirmadas de 225 posibles. Nacido en Texas en 1974, su padre le regaló su primer rifle cuando tenía ocho años.

Toda historia tiene un comienzo. El de la mía se encuentra en el centro y el norte de Texas. Crecí en ciudades pequeñas en las que aprendí la importancia que poseen los valores familiares y tradicionales como el patriotismo, la autosuficiencia y la salvaguardia de la familia y los vecinos de uno. Me enorgullece decir que sigo tratando de vivir conforme a esos valores. Tengo un sentido de la justicia muy marcado, muy en blanco y negro: no veo demasiados grises.Me parece importante proteger a otros.No me importa el trabajo duro, aunque también me gusta divertirme.La vida es demasiado corta para no hacerlo

Me criaron en la fe cristiana, y sigo creyendo en ella. Si tuviese que enumerar por orden mis prioridades, estas serían: Dios, mi patria y mi familia. La posición de estas dos últimas no es indiscutible: últimamente he llegado a creer que la familia podría superar a la patria en determinadas circunstancias, pero es verdad que la suya es una competición muy reñida.

Siempre me han gustado las armas; me encanta cazar, y, de alguna manera, pienso que puede decirse que soy vaquero desde pequeño. Cuando aprendí a andar, ya montaba a caballo. Hoy no podría considerarme un vaquero de verdad, ya que ha pasado mucho desde los tiempos en que trabajé en un rancho, y probablemente he perdido buena parte de la habilidad que tenía con la silla. Aun así, en lo más hondo de mi alma no soy un SEAL, sino un vaquero.

No recuerdo cuándo empecé a cazar, aunque debió de ser de muy pequeño. Mi familia tenía un arrendamiento cinegético a unos cuantos kilómetros de donde vivíamos, y no había invierno que no fuésemos de cacería.

No sé si el lector tendrá en su tierra otra clase de transacción para lo mismo, pero aquí es muy frecuente hacerlo así.) Además de venados, cobramos pavos, palomos y codornices, según la temporada. Me refiero a mi madre, mi padre y mi hermano, cuatro años menor que yo. Pasábamos los fines de semana en una vieja caravana. No tenía mucho espacio, pero éramos pocos y estábamos muy unidos, y nos lo pasábamos en grande.

Mi padre trabajaba en la Southwestern Bell y en la AT&T —las dos empresas se separaron y volvieron a unirse en lo que duró su trayectoria profesional—. Era gerente, y cada vez que lo ascendían teníamos que mudarnos; así que puede decirse que me crié en toda Texas.

A pesar del éxito, odiaba su trabajo. Lo que no soportaba no era su cometido en sí, en realidad,sino lo que traía consigo: la burocracia, el tener que trabajar en una oficina. Le repateaba de veras tener que llevar traje y corbata a diario